Controlar las mastitis en el ganado bovino con menos antibióticos. ¿Es posible?

¿Podemos prevenir, controlar y tratar las mastitis en ganado bovino con una gran reducción de los antibióticos? La respuesta es SÍ, ya que la experiencia de los Países Bajos lo ha demostrado. Lee esta entrevista con la Dra. Tine van Werven (catedrática asociada de la Universidad de Utrecht y profesional de campo), quien nos explica el progreso que siguió para adaptar sus granjas a la nueva legislación de reducción de antibióticos que se aplica a la producción lechera en los Países Bajos y las herramientas que utiliza para prevenir la mastitis en el ganado bovino.

Entrevista con la Dra. Tine van Werven

Tine van Werven es catedrática asociada de la Universidad de Utrecht, en el Departamento de Salud de Animales de Granja, y es también veterinaria de campo. Ha realizado varios estudios para comprobar los efectos reales de la reducción de antibióticos en las granjas de ganado lechero.

¿Cuánto tiempo llevó el proceso de «adaptación» para reducir el uso de antibióticos entre los veterinarios y los ganaderos de los Países Bajos?

El proceso de «adaptación» en los Países Bajos fue de solo dos o tres años, ya que el gobierno nos obligó a reducir el uso de antimicrobianos.

El proceso de adaptación fue más o menos obligatorio. Nos indicaron que teníamos que lograr una reducción del 20 % en 2011 y en el plazo de un año se decidió que la reducción debería ser del 50 % en 2013. Estas reducciones son en comparación con el uso en 2009.

Vernos obligados por la industria láctea y el gobierno nos ayudó a dar grandes pasos en un periodo de tiempo relativamente breve.

¿Sabe qué porcentaje (aproximado) de granjas tuvieron dificultades para reducir el uso de antibióticos?

Es difícil decir a qué porcentaje realmente le resultó difícil.

El punto de referencia y el umbral proporcionado por las autoridades sanitarias de los Países Bajos tomaron como base el 25 % de rebaños con el uso más elevado de antimicrobianos.

Igual que con todos los cambios, hay ganaderos a quienes les gusta seguir cada nueva tendencia y otros que siempre se resisten a ello. No eran solo los ganaderos, sino también los veterinarios quienes estaban deseosos de reducir el uso de antimicrobianos.

Hemos visitado muchas de las granjas cuyo uso superaba el umbral y llegamos a la conclusión de que un motivo importante para el uso elevado era el «abuso» de antimicrobianos; en otras palabras: tratamientos prolongados innecesariamente y el uso de antimicrobianos para enfermedades que no eran causadas por bacterias.

Proporcionar a los ganaderos protocolos de tratamiento específicos para sus granjas ayudó mucho a utilizar los antimicrobianos con más prudencia.

Desde el punto de vista de la calidad de la leche, de la salud de la ubre y de la prevención de las mastitis en vacas, ¿cuáles son las primeras acciones que pidieron los veterinarios a los ganaderos?

Nuestros primeros cálculos mostraban que casi el 75 % del uso total de antimicrobianos se realizaba en la glándula mamaria.

Pedimos a nuestros ganaderos que se centraran más en el manejo. Si mejora el manejo, y tiene una mejor higiene y una mayor atención a la bioseguridad, puede prevenir las nuevas infecciones, tanto durante la lactancia como durante el periodo seco, esto disminuirá automáticamente el uso de antimicrobianos intramamarios.

¿Cree que esta reducción de antibióticos se extenderá pronto por toda Europa?

Sí, la opinión más común en Europa es que los antimicrobianos deberían utilizarse con más prudencia. Y no solo en medicina veterinaria, sino también en la medicina humana.

Muchos países ya han puesto en práctica distintos tipos de programas para reducir el uso de antimicrobianos.

La concienciación sobre la amenaza mundial de la resistencia antimicrobiana es cada vez mayor entre ganaderos y veterinarios, lo que ayuda a cambiar la mentalidad sobre el uso de antimicrobianos.

Los resultados de los países circundantes, como por ejemplo, los Países Bajos, demuestran que la reducción del uso de antimicrobianos no afecta al rendimiento del rebaño ni al bienestar de los animales.

Estas experiencias positivas pueden utilizarse (y se utilizarán) en otros países para convencer a los ganaderos y veterinarios de que comiencen a usar menos antimicrobianos.

¿Puede dar algún consejo a los veterinarios que estén pensando en comenzar a reducir el uso de antibióticos antes de que sea obligatorio?

A la luz de la prevención de la resistencia antimicrobiana, el primer paso debe ser evitar el uso de antimicrobianos de importancia crítica (AIC).

Por ejemplo, la cefalosporina y las fluoroquinolonas de 3.ª y 4.ª generación. No hay enfermedades en las granjas de ganado lechero que no puedan curarse sin el uso de estos AIC.

En segundo lugar, diría a los veterinarios que, si están convencidos de que puede tenerse una granja sana con menos antimicrobianos, los ganaderos les seguirán.

Debemos dotarles de herramientas preventivas, como las mejoras del manejo, mejores condiciones de alojamiento o vacunas contra las mastitis en vacas lecheras, y mostrarles que podemos utilizar menos antimicrobianos de lo que pensábamos en décadas anteriores.